Este blog se plantea como un proyecto cooperativo, elaborado por profesores, alumnos, padres y por todo aquel de la comunidad educativa que tenga algo interesante que aportar.
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martes, 1 de febrero de 2011

la escritura en educación infantil


     ESCRITURA y GRAFOMOTRICIDAD son cosas distintas. Mientras que en la primera es imprescindible que exista una INTENCIÓN de comunicar algo, la segunda consiste sólo en el trazado correcto de una grafía determinada.
                
          Las metodologías tradicionales van de la grafomotricidadà a la escritura, una vez que el niño sabe todas las letras, se emplea el código. Mientras que los planteamientos constructivistas van de la escritura como intencionalidad comunicativaà a la grafomotricidad.

         Debemos ser conscientes de que para que el niño pueda trazar las letras, necesita haber alcanzado un cierto grado de desarrollo intelectual y del lenguaje, así como una maduración mental que le permita ver que está trazando símbolos. Además, tiene que reunir una serie de factores físicos y fisiológicos que tienen que ver con cualquier aspecto que tenga que ver con el trazado: vista, oído, fuerza, tono,.. Y están relacionados con la maduración y/o con las dificultades físicas. Es lógico que, a la hora de aprender a hacer las grafías correctamente, como maestros debamos tratar de facilitarles las cosas y esto dependerá en gran medida del tipo de letra que empleemos, de la metodología que utilicemos y de la forma en que le motivemos. Nuestro Credo debería ser que el niño vea las cosas como algo útil y funcional.





            El niño tendrá interés por la escritura cuando sienta la necesidad de la misma para satisfacer sus necesidades. Y éstas se encuentran en su entorno, es decir, en su familia, en el patio, en el aula. Por ejemplo, cuando el niño –egocéntrico- quiera dejar plasmado en un dibujo su nombre, será un buen momento para ver cómo se escribe el de él y el del resto de los compañeros.
          El maestro debe tener en cuenta que el nivel de desarrollo madurativo del niño avanza desde un razonamiento icónico a uno simbólico. De esta manera, a la hora de programar en el aula actividades de escritura debe tener presente que el niño, en sus primeros años en educación infantil, no es capaz de distinguir entre dibujo y escritura. Al principio, manifiesta su intencionalidad comunicativa con una imagen, que engloba todo lo que él quiere transmitir.

         A medida que su pensamiento va evolucionando, el niño va siendo consciente de la existencia de textos escritos, que además quieren comunicar algo. Será fundamental, en este sentido que le leamos –para que puedan, poco a poco, establecer relaciones entre fonemas y grafemas- y que generemos situaciones y actividades que despierten en el niño la necesidad de escribir: que hagan notas para comunicar algo a sus padres, que escriban la lista de los compañeros para celebrar una fiesta de cumple, que hagan la lista de la compra,.. Se trata de favorecer la comprensión del aspecto simbólico de la escritura.

        Teniendo en cuenta todo lo expuesto en relación al desarrollo evolutivo y el planteamiento de Chomsky, el maestro deberá en los primeros del niño trabajar empleando fundamentalmente una ruta ortográfica en el fomento de la escritura. De este modo, cuando el pensamiento del niño es sincrético, verá la frase de manera global. Recordemos que la frase –verbal o escrita- es el elemento fundamental en el aprendizaje de la lengua y que expresamos las ideas y nos comunicamos con frases, no con sílabas ni con palabras sueltas.

     No obstante, dado que nuestra escritura es alfabética necesitamos también de la ruta fonológica, que nos permitirá hacer una conversión fonema-grafema. Pero como maestros debemos fomentar el paso a un razonamiento analítico, mostrándoles las partes de un todo global. Mostrándoles que las palabras tienen letras y que existen diferentes combinaciones de las mismas para hacer multitud de palabras.

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